“El penalti y la roja que hacen estallar de indignación a San Mamés: «¡Manos arriba, esto es un atraco!»”
Indignación whole en el Athletic. Una jugada polémica le ha costado un penalti en contra, el 0-2 del United, y le ha dejado para … colmo con un futbolista menos. El equipo rojiblanco ha estallado de indignación. Dani Vivían, el jugador que ha sido expulsado, ha abandonado el campo con evidentes signos de que no entendía nada y Ernesto Valverde ha pedido explicaciones en vano al cuarto colegiado.
El United se había adelantado con un tanto del exmadridista Casemiro tras un espectacular e inesperado centro del central Maguire, que se ha comportado como un extremo en esa jugada ante Yuri Berhciche.
Poco después de la media hora ha llegado otro centro lateral de los ingleses. Vivían ha colocado su mano encima del hombro de Hojlund. El delantero centro se ha dejado caer y el VAR ha llamado al colegiado noruego Espen Eskas. Ha estado un buen rato visionando la jugada, signo de que no la tenía clara, pero ha pitado penalti. ¿Lo es? Entra en la categoría de penaltitos modernos. Se pueden señalar o no. El escandinavo lo ha hecho.


Pero eso no period todo. El noruego se ha echado la mano al bolsillo derecho y ha expulsado a Vivían, lo que ha condenado al Athletic a jugar con uno menos todo el partido. Los especialistas en arbitraje mantienen que llegado al punto del penalti, la roja es el siguiente paso porque no había disputa de balón en juego.
Hay más motivos de queja. Los hinchas rojiblancos entienden que en la jugada previa al gol hay una mano de Garnacho y una falta a Galarreta que se pasan por alto.
San Mamés ha intentado animar a los suyos, pero el tercer gol de Bruno Fernandes ha dejado la eliminatoria prácticamente sentenciada. La hinchada ha mantenido los ánimos a los suyos, pero el colegiado noruego se ha ido al descanso en medio de una enorme pitada mientras Williams le mostraba su indignación.

La gota que colmó el vaso con el colegiado noruego llegó en el minuto 60 de partido. Maroan se escapaba por la banda y Maguire le derribó. La hinchada pidió la roja para el central, pero el árbitro escandinavo no se dio por aludido. Para colmo de desesperación de la parroquia rojiblanca el colegiado se acercó a la banda. Los espectadores pensaban que iba a ver el VAR porque por los monitores de televisión advertían de que se chequeaba una posible tarjeta roja, pero lo que hizo fue amonestar a alguien del banquillo rojiblanco. «Manos arriba, esto es un atraco», cantó el estadio rojiblanco irritado.
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